Hacer pagos en efectivo: solo el receptor del pago sabe la cantidad de dinero transferido sin poder hacer un seguimiento en el futuro de ese billete/monedas. Requiere confianza en un ente central para su suministro y se está limitando su uso progresivamente.
Transferir Bitcoin desde tu wallet con fondos sin estar ligados a tu identidad (autocustodia): la contraparte sabe la cantidad de dinero transferido, pudiendo seguir el rastro a posteriori (tanto el emisor como el receptor). Con la posibilidad de que más observadores (aquellos que interaccionan en otros pagos) se unan a ese seguimiento, con alta probabilidad de ver gran parte de los fondos que el usuario dispone en su cartera. Cualquier otro, ajeno a esos intercambios directos, podría ver esta transacción en la blockchain y hacer un seguimiento, pero sin saber quienes participan en dichos intercambios. Importancia capital es el uso de herramientas de gasto para mantener la privacidad esas transacciones, para ello el usuario debe aprender a usarlas.
Transferir con Fiat a otra persona usando un banco (custodiado por un tercero): en este escenario, el ente centralizado controla y conoce la cuantía total de los fondos de cada usuario junto con los registros de entradas y salidas. Aquellos con los que te relacionas para hacer pagos solo conocen la cuantía transferida, pero no pueden rastrear a donde van los fondos y de cuánto dispones en cuenta (solo conocen banco y el número de cuenta donde envían dinero). Estas cuentas pueden ser requisadas, bloqueadas o cerradas. Es dinero vigilado, custodiado y permitido por un ente central.
Transferir fondos de BTC desde o a un exchange (custodiado por un tercero): esta forma aúna los puntos negativos de transferir con fiat desde banco y la de transferir desde tu wallet. Por un lado, el exchange custodia, permite, bloquea cuentas, y por otro, vigila el movimiento posterior que haga el usuarios de su Bitcoin (una vez que lo custodie) pudiendo penalizarle en función de como gaste. También analizará cuando el usuario reciba fondos, a su cuenta de exchange, si sus bitcoin son "buenos" o "malos" en función de las heurísiticas establecidas por analistas de la cadena, afectando así a la fungibilidad.
Cuando el usuario, envía desde el exchange a su billetera para custodiar sus fondos, tendrá como observador al exchange-empresa analista y a todos aquellos con los que interaccione en los pagos. Además, si éste transfiere sus fondos KYC a otros podría ser responsable de lo que hagan a futuro con ellos.
Otro punto muy negativo, es que estos servicios están obligados por ley a guardar registros de todos sus clientes, tales como: nombre, dirección, facturas, email, intercambios, cantidad y destino de los fondos. Tarde o temprano esta información acaba siendo obtenida por hackers y vendida en foros. Esto puede afectar gravemente a sus usuarios porque podrían sufrir ataques físicos por parte de criminales.
Esta última opción es la MENOS PRIVADA de todas, menos incluso que un banco. Su única utilidad sería especular con Bitcoin con el deseo de obtener mas poder adquisitivo en Fiat a futuro, pero sin privacidad (por la vigilancia contínua) y sin la custodia de los fondos (si se mantienen en la entidad).
Bitcoin custodiado y gestionado con privacidad te permite usarlo libremente aprovechando todas las características que le hacen único: resistente a la censura, resistente a la confiscación, descentralizado, pseudónimo, verificable, P2P, sin permiso, etc.